jueves, 1 de diciembre de 2011

LA MODA ADAPTADA


Vestirse es una forma, entre tantas otras, de identificarnos para con nosotros mismos y en nuestras relaciones con los demás.

Existe mayor influencia entre el modo de vestir y el bienestar emocional de que parece a simple vista. Un amplio abanico de prendas al que podemos optar para vestirse nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos porque el estilo personal también es una forma de cultivar y fomentar la autoestima.

En la industria de la moda, cualquiera que no cumpla con los cánones de belleza establecidos, no es digno de ser tenido en cuenta como usuario; por lo tanto, no es apetecible para el mercado en general, pues el objeto del diseño de modas es un ser humano con cualidades estéticas predeterminadas y socialmente 
aceptadas. En ese rango, se puede afirmar que es totalmente válido sólo tener en cuenta los clientes con características genéricas. Allí no se incluyen los discapacitados de ningún tipo, tampoco aquellos que se salen del promedio en su morfología y hablamos aquí de todos los extremos: peso, estatura, edad, proporción… Las plataformas de exhibición, denominadas pasarelas, sólo exhiben cuerpos totalmente armoniosos o al menos cuerpos que cumplen con los prototipos aceptados universalmente y no contemplamos la posibilidad de aceptar algo que no encaje con ellos.

Y, la sociedad debe asegurar el acceso de cualquier persona, con independencia de sus capacidades, a todos los equipamientos, servicios, productos, ropa…
Bajo este prisma, la inclusión es una actitud ante la vida. Asume que la diversidad en los grupos heterogéneos es la mejor forma de beneficiar a todas las personas dando respuesta a sus necesidades.

En este ámbito de actuación, DISCONSULTING camina para que la sociedad proporcione al colectivo de personas con discapacidad una respuesta que en definitiva mejore su calidad de vida y les permita sentirse ciudadanos de pleno derecho, poniendo a su alcance los mismos servicios que las personas que les rodean.

Nuestra línea de actuación tiene el sello de inclusión a la hora de diseñar vestuario. Todos tenemos derecho a vestir a la moda… o al menos a lucir prendas que nos gusten y no únicamente lo que nos vemos obligados a comprar porque no existen opciones. Animamos a los diseñadores de moda a ampliar el espectro de trabajo, estamos convencidos que de esta forma no solamente contribuimos con nuevas posibilidades de productos (innovación), sino que además aportamos soluciones a necesidades que hasta ahora muy pocos se han interesado en resolver.

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